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Está totalmente garantizado que ninguna de las técnicas de blanqueamiento cuando son bien aplicadas por un profesional capacitado generan algún tipo de riesgo para la integridad de la pieza dental o daño a las estructuras dentales.
Lo que si existe como una posibilidad en todos los que reciben este procedimiento es que haya sensibilidad. No se presenta en todos los pacientes, pero si en una gran mayoría. Esta sensibilidad se presenta por lo siguiente:
Empecemos mencionando que si cortamos transversalmente un diente y lo vemos al microscopio, una de las estructuras de este, la dentina es como un panal formado por miles de túbulos que tienen carga y terminaciones nerviosas que se conectan directamente con la pulpa dental (estructura viva del diente). Entonces la teoría más aceptada es la Teoría Hidrodinámica del Dolor de Brännström:
Varios estímulos pueden causar un rápido escurrimiento de fluido en los túbulos dentinarios.
El flujo rápido causa cambios de presión a través de la dentina, estimulando las fibras del nervio pulpar y resultando en la percepción del dolor.
Los peróxidos (de hidrógeno y carbamida) usados para blanquear los dientes,es el estimulo que causa estos cambios rápidos durante el proceso de blanqueamiento.
En resumen, los geles blanqueadores ocasionan un intercambio rápido de los fluídos a travez de los túbulos dentinarios que están estrechamente relacionados y conectados con la pulpa manifestándose en sensibilidad – dolor durante o después del proceso de blanqueamiento dental.
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