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El bruxismo es el acto de apretar y/o rechinar los dientes conciente o inconcientemente ya sea durante el día o mientras se duerme (frecuentemente y en la mayoría de los casos es mientras se duerme), afecta tanto a las estructuras dentarias como a las que están a su alrededor, incluyendo al periodonto, ATM (articulación temporomandibular), oídos y sistema muscular de la cabeza y cuello.
La mayoría de gente bruxa en algún momento de sus vidas, el problema radica cuando este acto se vuelve frecuente.
Las principales causas del bruxismo son el estrés, malos contactos oclusales (mala mordida), dientes ausentes, o el conjunto total o parcial de ellos.
Los dientes están preparados para soportar las fuerzas de la masticación (que mayormente son fuerzas verticales, que van a través del eje axial del diente).
Durante el bruxismo no sólo se aprietan los dientes, también existe un movimiento lateral de la mandíbula (cuyo resultado son fuerzas laterales entre los dientes del maxilar superior y los del maxilar inferior). Todo este exceso de fuerzas sobre los dientes repercutirá directamente en el sistema músculo-esquelético (músculos y huesos) que circunda la cavidad oral.
Muchas veces las personas desconocen que padecen de bruxismo (ya que es una actividad que se realiza durante el sueño profundo), son signos de que puede estar bruxando el desgaste de los dientes, los dolores de cabeza, cuello o dolor a la apertura bucal recurrentes sobre todo por las mañanas.
El tratamiento que su odontólogo puede realizarle para el bruxismo es una férula de relajamiento o guarda nocturna, este implemento actuará a manera de rompe-fuerzas entre sus dientes.
Si se llegara a determinar que el motivo principal del bruxismo es el estrés se puede combinar la terapia odontológica propuesta con un programa de ejercicios, relajantes musculares hasta terapia psicológica.
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