En varias notas hemos mencionado que los implantes dentales pueden ser recibidos por casi todos los pacientes y que una de las principales causas de no poder hacerlo es que la calidad y cantidad de hueso no sea la adecuada en ancho y alto para poder depositar un implante y se oseointegre de forma exitosa.
Sin embargo, esta condición no significa que ya no se pueda llevar a cabo el tratamiento.
Que realizar, depende de la evaluación clínica, expectativa de resultado del paciente, entre otras.
Cuando la calidad de hueso no es adecuada y el solo colocar materiales biocompatibles como hueso desmineralizado, de origen animal, o membranas biológicas no daría un resultado satisfactorio para el resultado final que se busca,se puede recurrir al llamado injerto de hueso autólogo o auto-injerto.
Este es un procedimiento quirúrgico que reemplaza el hueso faltante y es hueso de la cosecha del propio cuerpo del paciente.En odontología se obtiene de la sínfisis del mentón entre otras zonas.
Los principios de los injertos óseos exitosos incluyen osteoconducción (guiar el crecimiento de reparación del hueso natural), osteoinducción (fomentando las células no diferenciadas para convertirse en osteoblastos activos), y la osteogénesis (las células que viven dentro del hueso como material de injerto contribuyan a la remodelación ósea).
La osteogénesis se produce sólo con auto-injertos (injerto autólogo).
En la primera imagen que acompaña a nuestra nota podemos ver un injerto de hueso autólogo inmediatamente después de haberse depositado en el lecho creado. Este hueso se obtuvo de la sínfisis del mentón.
El objetivo era preparar la zona para recibir posteriormente un implante dental. En la segunda imagen, 6 meses después, podemos ver que el auto-injerto fue un éxito.