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Las molestias en las piezas dentales a los cambios térmicos son una de las principales señales de alerta de que algo está pasando con nuestros dientes. Cuando la molestia o sensibilidad es a los estímulos fríos el pronóstico es mejor que cuando es a los estímulos calientes.
Es muy frecuente en los pacientes que nos refieran sensibilidad en algunas piezas dentarias al tomar algún líquido frío o al tomar aire por la boca como testeando los dientes.
La frase más usual al referir esto es «doctor al tomar aire por la boca o tomar algo helado como que se me destiemplan los dientes» y otra es «doctor cuando me cepillo se me destiemplan los dientes» .Siempre o casi siempre es en alguna zona específica, zona superior izquierda o zona inferior derecha por poner un ejemplo.
El paciente normalmente cree que se trata de un proceso carioso y si bien puede ser el caso, no siempre es así. En muchos casos es por que las encías a nivel de los cuellos se ha retraído. A este fenómeno se le conoce como recesión gingival.
Está recesión gingival no es más que la retracción de la enciá a nivel de los cuellos de los dientes dejando expuesta parte de la raíz de las mismas .Al no tener la raíz esmalte dental (estructura del diente que no presenta sensibilidad por no tener terminaciones nerviosas) y exponer dentina y cemento radicular que son sumamente sensibles, se empieza a experimentar dolor a los cambios térmicos, principalmente a lo estímulos fríos.
Como mencionamos en el parrafo anterior la alteración que pasa en la encía recibe el nombre de recesión gingival y la reacción propiamente dicha al estímulo frío se llama hipersensibilidad dentinaria.
Estas dos alteraciones pueden presentarse en dientes anteriores o posteriores en un diente o en varios dientes.
Es importante que una vez detectado por el paciente se acerque a la consulta para el tratamiento adecuado.
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