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En la actualidad existen diferentes alternativas para recuperar la salud dental de nuestros pacientes.
Tenemos las carillas, dentaduras completas, coronas de metal porcelana, implantes dentales, coronas de porcelana libre de metal y las prótesis removibles.
Las prótesis removibles son aquellas que como su mismo nombre lo dice, no están fijas en boca. Son aparatos cuya estructura puede ser una aleación de metal (base metálica) o de acrílico termocurado y que a partir de aquí, dependiendo del número de piezas ausentes en boca se reemplazan por artificiales.
Las prótesis removibles (PPR), tienen la principal desventaja de ser de «meter y sacar», por lo que muchas veces el paciente no se siente seguro y piensa que en cualquier momento podría «salirsele de la boca». ¿Qué tan cierto es esto?.
Para que un prótesis parcial removible ofrezca la seguridad y confianza al paciente de que no se le va a salir al paciente, tiene que ser confeccionada de una manera adecuada.
Si hacemos un mal plan de tratamiento, no hacemos una preparación adecuada de la boca (preparación biostática), tomamos una impresión defectuosa y trabajamos con un laboratorio dental que no ofrezca la garantía necesaria, hay algo asegurado: el fracaso del tratamiento.
Si por el contrario realizamos todos los pasos que la teoría nos manda para poder realizar una PPR adecuada y lograr que esta este totalmente adaptada, estable, funcional, cómoda y estética para el paciente, hay algo asegurado: el éxito.
Como siempre mencionamos y como es nuestra forma de trabajo, el exámen clínico, diagnóstico y pronóstico es crucial para determinar que es lo más adecuado para el paciente de acuerdo a sus expectativas y posibilidades.
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