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La odontología estética o cosmética es una de las odontologías más valoradas por los pacientes y las que son pagadas con menos dificultad por parte de ellos. Este fenómeno se da principalmente porque es una odontología que “se ve”.
Esto quiere decir que si ponemos de ejemplo un tratamiento de endodoncia hecho de una forma totalmente correcta y bajo todos los parámetros adecuados el paciente no lo podrá ver ni mucho menos interpretar la radiografía así se la expliquemos, mientras que si le hacemos al mismo paciente unas carillas de porcelana en sus dientes antero – superiores la satisfacción y el agradecimiento se dan por descontado.
Muchas veces al hacer odontología estética nosotros mismos nos complicamos al ofrecer los tratamientos más complejos y costosos cuando muchas veces con algunos tratamientos simples y efectivos podemos lograr resultados satisfactorios y duraderos.
Hacer una estética práctica es tratar de hacer lo más con lo menos y tratando de equilibrar las expectativas del paciente, nuestra expectativa y el presupuesto del paciente de tal manera que estos factores juntos satisfechos nos lleven a un resultado exitoso, se de valor a nuestro trabajo y dé como consecuencia futuras recomendaciones al crear y hacer una práctica honesta creando un valor agregado a nuestra práctica que debe ser parte de nuestra meta: fidelidad de nuestros pacientes.
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