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Un hábito es una actividad o comportamiento que por repetirse de manera rutinaria o con cierto grado de frecuencia se ha vuelto natural para quién la ejerce. Este tipo de comportamiento debemos de desarrollar en los niños cuando hablamos de formar hábitos de higiene dental.
Un niño necesita cuidar de sus dientes desde que aparece el primero de ellos y lógicamente en los primeros años de vida los padres son los encargados de llevar a cabo este cuidado. Este debe ser de una manera lúdica y motivadora a la vez de tal manera que a los tres años el mismo niño pida cepillarse el mismo.
Durante el periódo de formar el hábito de higiene dental tenemos que hablarle al niño de la importancia de los dientes en la persona, para comer, para verse bien, para cumplir funciones y diciéndole que simplemente hay que limpiarlos y cuidarlos todos los días porque son parte importante de nuestro cuerpo.
El lenguaje y la explicación tiene que ser sencillo y claro y ponerle ejemplos valederos así mismo hablarles de que la persona encargada de cuidar sus dientes es el dentista y haciéndole saber que el es su amigo y nunca inculcándole temores o miedos como de «si no te cepillas te voy a llevar al dentista y te va a doler», » si no comes te voy a llevar al dentista y te va a poner injección».
Con respecto a la primera visita al dentista hay algunos debates, algunos sugieren a los seis meses, otros al año y otros a los tres años. Nuestra sugerencia es cuidar las piezas dentales desde que aparece la primera y una primera visita a los 2 años para familiarizarse con el dentista y el ambiente del consultorio y una a los tres años para hacer un chequeo y control más exhaustivo. Algo que si recomendamos totalmente es que a todo niño menor de 5 años debe verlo un odontopediatra y en un ambiente preparado para niños.
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