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Cuidarnos, vernos bien, sentirnos bien, proyectar una buena imagen son parte de los conceptos que la sociedad actual exige. Pero ahí pequeños grandes detalles que pueden hacer que todo se vaya al tacho. Uno de ellos el molesto y desagradable mal aliento.
Cuando una persona se da cuenta o alguien le hace saber que tiene un aliento desagradable (halitosis) se siente mal con el mismo, con su autoestima y la imagen personal que quiere proyectar.
Inmediatamente acude al dentista y solicita una limpieza dental para solucionar el problema y la sorpresa puede ser grande cuando los dientes tienen mínimas cantidades de sarro dental y placa bacteriana y están libres de caries dental.
Entonces entra a tallar un órgano que muchas veces lo tenemos “abandonado” y sin cuidarlo, la lengua que también retiene alimentos, saliva, y gérmenes formando la saburra que es como una especie de manto o costra blanca lechosa que elimina un olor sumamente desagradable.
Es por eso que a la lengua hay que higienizarla de una forma regular para evitar la formación de la saburra y que esta a su vez sea la causante de un aliento desagradable que altere nuestra vida normal.
Es cierto que la halitosis o mal aliento puede tener causas locales (boca) o sistémicas (problemas gastrointestinales), lo ideal es siempre ir descartando los problemas locales, si con ellos no se soluciona el problema hay que derivar al paciente al especialista.
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